domingo, 29 de diciembre de 2013

Dublín.

A principios de año se realizó un viaje a Dublín, Irlanda con el instituto. Una semana fuera de casa, sin preocupaciones, pensé yo. ¡Qué equivocado estaba! Todo empezó en el avión de ida, unos de mi instituto se dedicaban a preguntar sobre 'los amores' de los otros, ¡cuan tonto fui que descubrieron el mio! y la noticia empezó a circular. ellos sabían que yo era gay pero que me gustaba Arturo no. los primeros días fueron con normalidad, me adapté  rápidamente al idioma y a las costumbres pero llegaba la noche y Arturo con su compañero de habitación se dedicaban a insultarme y humillarme. Aguanté dos o tres días pero al cuarto estallé, me metí al baño y empecé a llorar como nunca, estaba destrozado, me lo podía haber dicho cualquier persona ¿pero él? Mi corazón estaba roto en pedazos. La señora de la casa donde vivíamos me oyó llorar y en seguida me empezó a hacer preguntas y contó lo ocurrido a la profesora que estaba con nosotros allí. Se acabó, se lo iba a contar a mi madre, ¿como reaccionaria ella? Nadie lo sabía. los últimos días transcurrieron con normalidad, hacíamos las actividades propuestas y nos lo pasábamos medianamente bien. Creo que esta experiencia me sirvió para hacerme más fuerte, para creer en mi mismo, para empezar a olvidar a Arturo.

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